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Así nació G-SHOCK

  • Foto del escritor: Sundry Online
    Sundry Online
  • 3 may
  • 1 Min. de lectura

Una vez dejé caer el reloj que me había regalado mi padre… y sentí que se rompía algo más que el cristal.”


⌚️💔



Mi nombre es Kikuo Ibe, y antes de que el mundo hablara del G-Shock, solo era un joven ingeniero japonés con manos temblorosas y una gran culpa sobre los hombros.


El reloj no era caro, pero tenía un valor inmenso: era el recuerdo de mi padre. Verlo hecho pedazos me hizo jurar algo: iba a crear un reloj que nunca se rompiera. Jamás.



Trabajaba para Casio, y propuse mi idea. Me dijeron que era imposible. Que un reloj resistente a los golpes, al agua, a las caídas… no tenía sentido. Pero me dejaron intentarlo.


Y durante dos años, fallé. Uno tras otro. Relojes estallados. Protótipos reventados. 200 veces.


Hasta que un día, en un parque, vi a un niño botando una pelota.


Y ahí lo entendí.


Si el corazón del reloj flotaba dentro de una estructura hueca, como una pelota… podría sobrevivir a cualquier golpe.




Así nació el primer G-Shock, en 1983. Feo, tosco, pesado… pero invencible.


Y con los años, se convirtió en símbolo de resistencia, de cultura urbana, de soldados, atletas, soñadores.


De gente que, como yo, no se rinde cuando algo se rompe… sino que lo reinventa.




“Cuando nadie creía que un reloj podía sobrevivir a todo… yo creé uno que sobrevivió incluso al rechazo.”




— Kikuo Ibe (井部菊夫) Ingeniero japonés que trabaja para la compañía de electrónica Casio. Es mundialmente conocido como el creador de la línea de relojes Casio G-Shock.



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